Los primeros días de agosto fueron conmocionantes. Las bolsas de los países del primer mundo se derrumbaron, generando un pánico financiero mundial. Finalmente, tras estos días negros de la economía, pareció llegar un alivio, y al cierre de esta edición Wall Street avanzó 1,1% y las bolsas europeas treparon hasta 5,5%.
El pánico financiero se fue clamando. La bolsa de Nueva York cerró dos jornadas consecutivas en alza por primera vez en un mes. Ayudó que las autoridades regulatorias de varios países de la Eurozona prohibieron temporalmente las ventas en descubierto. Además, la suba de las ventas minoristas en Estados Unidos favoreció la tendencia positiva. El Dow Jones ascendió 1,1%, el S&P500 0,5% y el Nasdaq 0,6%. Londres mejoró 3%, Madrid 4,9%, Milán 4%, París 4%, Fráncfort 3,4%, Atenas 1,5% y Bruselas 5,5%. En los mercados asiáticos hubo cierres dispares: Tokio perdió 0,2% y Shanghai aumentó 0,4%.
En un entorno de incertidumbre económica y fuerte endeudamiento a ambos lados del Atlántico, los gobiernos europeos intentan reaccionar. El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel, para tratar una posible reforma de la zona el euro.
En tanto, el Gobierno italiano celebrará un Consejo de Ministros para aprobar por decreto ley las nuevas medidas y reformas económicas que pretende acometer para calmar la inquietud de los mercados sobre las finanzas públicas. El ministro portugués de Finanzas, Vítor Gaspar, anunció la anticipación de nuevas medidas de recortes para equilibrar el desvío en las cuentas públicas del 1,1 % del PIB (unos 2.000 millones), entre las que destaca un aumento del IVA, con el objetivo de cerrar el año con el 5,9 % de déficit.
Por su parte, los mercados asiáticos, se mantiene con cierres dispares, en medio de un ambiente donde reina la incertidumbre y la volatilidad.
En la región
En el marco de este contexto económico volátil, economistas de distintas vertientes advirtieron que la Argentina podría sufrir “dificultades” por la crisis en Estados Unidos y Europa, pero en forma indirecta, y aseguraron que “toda la región debería tomar medidas macroeconómicas”, conjuntas para reducir riesgos y efectos.
Mientras, desde el oficialismo, el ministro de Economía Amado Boudou, sostuvo que “la Unasur está muy bien preparada para enfrentar la crisis”
Distitntas opiniones y visiones. Para el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, la Argentina puede llegar a tener “dificultades” con el comercio internacional, a raíz de la crisis que sacude al mundo. “Argentina está hoy afuera de los mercados internacionales. Por eso, no le va a afectar mucho esta crisis, pero sólo en el corto plazo, ya que después pueden aparecer dificultades comerciales”, consideró el ex funcionario.
Por su parte, Juan Luis Bour, economista-jefe de FIEL, dijo que “el problema en el exterior le toca a la Argentina, porque los argentinos tienen fondos afuera y además porque los precios de los commodities van a bajar”. “Hacer un blindaje para enfrentar la crisis es difícil, pero se pueden coordinar políticas macroeconómicas en toda la región y eso puede disminuir los riesgos”, sostuvo.
El economista y ex director del Banco Central, Arnaldo Bocco, dijo que “la posibilidad de una recesión global presionaría a la baja el precio del crudo” y agregó que “como nosotros somos importadores netos de energía, esto también es una buena noticia”.
“También habrá que ver la forma de intensificar el comercio en monedas locales con los socios de la región para evitar el riesgo-dólar”, indicó.
En tanto, Amado Boudou, ministro de Economía, en el marco de una reunión mantenida junto a sus pares y presidentes del los Bancos Centrales de la UNASUR, aseguró que “los países de la Región están muy bien preparados para lograr que el crecimiento se sostenga en el tiempo”.
Además, destacó que los países coinciden en la necesidad de afrontar la crisis con políticas coordinadas. “Avanzamos hacia la concreción del Banco del Sur, que en Argentina ya tiene media sanción del Senado, y también hemos fortalecido la CAF, con la incorporación de Argentina y Brasil como miembros plenos, que ya ha demostrado en la crisis de 2008-2009 ser una herramienta muy útil”.
“Estamos convencidos que hay que crear instituciones para Sudamérica, porque quedó probado que las políticas de los organismos internacionales no fueron buenas para los países del bloque”, concluyó.