viernes, junio 2, 2023
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It’s not only economy, stupid!

La frase es conocida, pero es otra. La usada por el estratega de campaña de Bill Clinton, James Carville, postula “es la economía…” y luego el insulto. Se me permitirá que descrea de esta frase, y que le agregue “only” porque “no es sólo la economía… stupid!”

Por: Luciano Gangoni

 

En medio de una crisis económica mundial surgen planteos y replanteos de las estrategias económicas para salir de la crisis (o de las crisis). Pero no es sólo eso, la estrategia tiene que ser política, la economía no puede arreglar nada por si sola, necesita que la “mano de la política” cumpla el papel que la perezosa “mano del mercado” no cumple.

No encontraremos en la economía “recetas” para salir de la crisis, ya que su estudio se basa en las matemáticas, y con supuestos que no se fundamentan del todo en la realidad. “Economía Política fue el nombre que en su origen designaba el estudio de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. Con el paso de los años tendió a perder el segundo apellido y quedo solo con el primero, ‘Economía’ a secas. En nuestro país, durante el gobierno militar, a la carrera de Lic. en Economía Política se le cambio el nombre, solo Lic. en Economía. La política estaba prohibida” escribe Orlando J Ferreres (graduado en Economía en la Universidad de Buenos Aires y cursó el Advanced Management Program de Harvard)[1].

¿Por qué sacarle el componente político? Es ahí donde se espera una mágica mano del mercado. Y esa mano mágica (lamento decepcionar a los férreos capitalistas, pero) no existe. Y si existe nunca se ha forzado por “arreglar” nada. La separación de la economía y de la política no fue sólo una separación léxica: “el cambio de nombre, que ocurrió en todos los países, también reflejó una manera de pensar … La forma de pensar aislada puede ser la razón por la que se cometen tantos errores de diagnóstico y lo que es peor de diseño de políticas basadas en teorías que son sólo tautologías”

Recordemos la caída de la bolsa en el ’29. Del Crack de Wall Street que fue la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la Bolsa en Estados Unidos (hasta el momento), se pudo salir por la intervención política. Una crisis económica que se subsana con medidas políticas. No  es la intención de la nota alardear en historia pero el “New Deal”, modelo que se utilizó para “salir del pozo” se pone en práctica tras el fracaso del sistema económico clásico, y su idea clave reside en la intervención del Estado en la economía con la finalidad de compensar los desajustes que la “mano invisible del mercado” dejó.

Las crisis económicas son problemas a resolver con políticas de fuerte intervención estatal, (como demuestra el New Deal), por otro lado, podemos decir, que la mejor manera de evitar que las crisis económicas sigan paleando al mundo cada lapsos de mayor o menor extensión, es necesario que volver a aquel concepto de “Economía Política”.

Con respecto a esta nueva crisis mundial (que por suerte no arrasó con la misma fuerza en todo el mundo, sino que discriminó a algunos paises) el Premio Nobel de Economía Joseph Eugene Stiglitz aseguró (en una entrevista con Página|12 que “los modelos utilizados por los bancos centrales, economistas, los banqueros, crearon un marco de política que estuvo en el epicentro de la crisis. Decían que no era necesaria la regulación, que los mercados eran eficientes por su cuenta o que la baja inflación era suficiente para garantizar un sendero de crecimiento. La macroeconomía no se autorregula y no conduce al pleno empleo. El problema no es la simplificación a la que recurren los modelos, el asunto es que estos modelos dicen que la crisis no podía suceder. Si los modelos no contemplan a los bancos entonces no existe el crédito. ¿Cómo es posible pensar en estrategias para impulsarlo? En materia laboral, la teoría señalaba que uno de los problemas eran las rigideces en el mercado de trabajo. Pero los países donde hoy se profundiza el problema del desempleo son aquellos que más desregularon ese mercado. En cambio, donde no se aplicaron esas políticas el desempleo es menor”.

Podemos basarnos en estos dos destacados economistas para concluir en que la política y la economía deben volver a ser una sola palabra compuesta, y que ese cambio léxico encierre también un cambio estructural de pensamiento.


[1] Ferreres es presidente de la Fundación Norte Y Sur y vice-presidente del Harvard Club de Argentina, miembro del Grupo Promotor de la Universidad Austral y fundador y actual director del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina (CEMA).

 

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