En la 64º Reunión General, celebrada el 18 de diciembre de 2009, la ONU declaró al 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas. Es la primera vez en la historia que un año será dedicado a este sector.
El cooperativismo, es una asociación autónoma de personas que se unen voluntariamente para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta democráticamente gestionada.
Desde una matriz solidaria, las cooperativas, en sus más diversas formas, fomentan la máxima participación de las personas, cualquiera sea su condición, y trabajan para el desarrollo económico y social. Por ese motivo es que, cada vez con más frecuencia, estas instituciones, constituyen un factor clave en la lucha por la erradicación de la pobreza.
Esta celebración internacional implica el reconocimiento del cooperativismo como un factor indispensable para mejorar la calidad de vida de los pueblos y dotar de mayor eficiencia a la economía de las naciones.
Tan es así que la OIT señaló en un comunicado que “las cooperativas tienen un papel fundamental en la promoción del desarrollo socioeconómico de cientos de millones de personas en todo el mundo, especialmente en tiempos de crisis”.
A través de la disposición de la ONU, se insta a los Estados Miembros a que aprovechen el año 2012 para promover las entidades cooperativas y aumentar la conciencia sobre su contribución a la evolución del ser humano sustentada en principios solidarios.
A su vez, todos los primeros domingos de julio, se celebra el Día Internacional del Cooperativismo, una fecha establecida por la Asamblea General de la ONU, día que a su vez se conmemoraba el centenario de la Alianza Cooperativa Internacional, que es una asociación colectiva de organizaciones con 760 millones de miembros de cooperativas en 100 países.
En 1994, reconociendo que las cooperativas se están convirtiendo en un factor indispensable del desarrollo económico y social, la Asamblea invitó a los gobiernos, organizaciones internacionales, organismos especializados y organizaciones cooperativas nacionales e internacionales a observar anualmente el primer sábado de julio, a partir de 1995, el Día Internacional de las Cooperativas.
Los orígenes
El movimiento cooperativista en la actualidad es manifestación económica que ha crecido y se multiplicado en varios países del mundo. Haciendo un rastreo en la historia, los estudios señalan a la primera manifestación cooperativa en Inglaterra. La historia cuenta que en 1844, un grupo de obreros ingleses creó una organización cooperativa de carácter legal, con los aportes de sus integrantes.
El 24 de octubre de ese año, se creó el primer Almacén Cooperativo en la Ciudad de Rochdale, Inglaterra, considerado hoy como el origen de este tipo de entidades. Estaba formado por 28 desocupados de la fábrica de tejido de Rochdale, por haber participado de una huelga, quienes aportaron como capital a la nueva Sociedad la cantidad de 28 peniques cada uno. Hoy son conocidos como “Los Pioneros de Rochdale”.
Los Pioneros se auto impusieron reglas que debían respetar rigurosamente y que fueron una de las causas de su éxito. Crearon una carta que establecía los pasos que guiarían a la organización. Así nació el cooperativismo organizado.
Sus principios, fundamentados en genuinos ideales de solidaridad, fueron asentados en la “Carta de Cooperación” que Carlos Horteserth, paladín de esta fundación, presentó ante las Cámaras de los Comunes. Esas reglas fueron revisadas por la Alianza Cooperativa Internacional en 1937. En 1966 se agregó una redacción adecuada a los nuevos tiempos, a través de principios como la adhesión libre y voluntaria, organización democrática, limitación del interés al capital, distribución de excedentes entre asociados en proporción a sus operaciones, promoción de la educación y la integración cooperativa.
Finalmente, en 1995, el Congreso de la ACI, realizado en Manchester, Inglaterra, aprobó 7 nuevos principios: adhesión voluntaria y abierta, gestión democrática por parte de los asociados, participación económica de los asociados, autonomía e independencia, educación, formación e información, cooperación entre cooperativas, e interés por la comunidad.
En nuestra región
Una buena parte de las cooperativas que existen en la región capital, más precisamente en la zona de Berisso y Ensenada, han sido conformadas durante la década del 90’, un momento nefasto de la economía cuando tuvo lugar la privatización de YPF. Estas formas cooperativistas surgidas tras este proceso, se sumaron a las otras tantas cooperativas de crédito, servicios y de viviendas, que tienen una marcada trayectoria en la región.
Pero este movimiento cooperativista surgido hace unos veinte años, es un caso a destacar. Miles de trabajadores, especializados en ramas de la industria, habían quedado en la calle tras el traspaso de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales a manos del grupo Repsol. En ese sentido, la única salida parecía asociarse y agruparse para seguir trabajando. Así surgió la idea de conformar cooperativas con los integrantes de cada sector que prestaba servicios en YPF.
Y así fue. Gran parte de esos desocupados vieron de vuelta crecer sus esperanzas. Si bien fue un proceso duro y complejo, donde costó demasiado adaptarse a las nuevas reglas –como el hecho de pasar de ser obrero a propio patrón- un buen número de esas cooperativas se mantienen hasta la actualidad. Muchas presentan un gran crecimiento, siendo hoy referentes en la industria local. Otras, cambiaron su rumbo transformándose en empresas, sociedades anónimas o SRL.
Lo cierto es que una vez más la cooperación apareció como la única salida ante una situación tan devastable. Dejó su huella y demostró ser una importante alternativa económica para seguir adelante.