viernes, marzo 29, 2024
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El triste saldo de un temporal

El 2 de abril las lluvias, intensas, comenzaron cerca de las tres de la tarde. Y a cada hora se iban intensificando, hasta que se desbordaron los arroyos, y el agua tapó gran parte de las casas en los barrios. El resultado fue miles de vecinos evacuados en toda la región, y puntualmente en La Plata, 52 muertes oficiales.

El temporal que azotó a la región, especialmente a la ciudad de La Plata, el pasado 2 de abril quedará grabado en la memoria de toda la sociedad. La magnitud de las lluvias, las muertes, los vecinos que lo perdieron todo, escuelas y hospitales devastados, desaparecidos, saqueos en los comercios, desesperación, y la solidaridad de la comunidad, que fue lo único que apaciguó semejante desgracia.

Y la solidaridad fue lo único, porque en rigor de la verdad, la ayuda al momento de que las aguas trepaban por encima del metro –y mucho más- en las casas de algunos barrios de La Plata, es decir el sistema de emergencia, no funcionó. Las líneas de teléfono fijo no andaban, los celulares no tenían señal, la policía hacia lo que podía, la luz estaba cortada…a los vecinos no les quedó otra que evacuarse por sus propios medios, subirse a los techos, y los más valientes salieron a rescatar a quienes podían, a los del frente, a los que pasaban arrastrados por las fuerzas de las aguas, junto a electrodomésticos, autos, basura, y tanta cosa haya encontrado la corriente para arrastrar por las calles platenses.

Miles de evacuados en Berisso y Ensenada, otros miles en La Plata, pero además la trágica cifra de 52 muertes oficiales, número que hoy es cuestionado y hasta se abrieron investigaciones por parte de autoridades judiciales que no creen en esa cantidad. Consideran que son muchos más, y que en ese número también hay niños y no sólo adultos mayores como se dice oficialmente.

El trágico temporal del 2 de abril y sus tremendas consecuencias puso en el tapete varias cuestiones: la ineficiencia del sistema de emergencia en La Plata, la inoperancia del Estado en cuestiones de asistencia, la negligencia de no haber hecho las obras hidráulicas correspondientes a una urbe que en los últimos tiempos no ha parado de crecer ediliciamente, y por ultimo –quizás lo más importante- el encendido de una maquinaria solidaria por parte de la sociedad civil de todo el país nunca antes vista.

Si bien es cierto que el caudal de agua que llovió el fatídico 2 de abril superó notablemente lo que suele llover normalmente en esta época del año –se dice que fue cinco veces más de lo que llueve en total en el mes- y quizás esto sea producto del cambio climático, también es cierto que los desagües de la ciudad no han sido adecuados al crecimiento demográfico.

En este sentido, poco se sabe si por ejemplo en los terrenos donde antiguamente había una casa y que hoy ha sido demolida para construir en ese mismo espacio un edificio de cinco pisos con dos departamentos por piso, tuvo la adecuación de los desagües correspondiente. Y esta construcción masiva de edificios en la ciudad, por diferentes zonas del casco fundacional se produjo en los últimos años, y vale decir, están bajo el marco del COU –Código de Ordenamiento Urbano- que fue aprobado en 2010 para regular, justamente, la altura de los edificios, entre otras cosas.

Pero volviendo a la ineficiencia, inoperancia y negligencia por parte del Estado, en los últimos días la región fue testigo de ello, poniendo en una situación altamente complicada, especialmente al Ejecutivo de La Plata, al mando del intendente Pablo Bruera. Sin dudas el costo político será muy alto. En el mediano plazo deberá afrontar el juicio político, la demanda iniciada por un grupo de vecinos afectados por homicidio culposo, y la condena social.

Más allá de que para amortiguar, de alguna manera, las tremendas consecuencias del temporal del 2 de abril, desde el Estado nacional y provincial se hayan lanzado diferentes iniciativas como la accesibilidad a los créditos para reparar daños, subsidios y ciertas facilidades para recuperar la documentación correspondientes a los inmuebles dañados, la tragedia ya sucedió, lo que tendría que haberse hecho no se hizo, el número de muertos no infiere en el asunto, porque no debería haber habido ni uno solo.

Una vez más la desidia de las autoridades, que por cierto hay que recordarlo, están en ese lugar porque el pueblo así lo decidió, tiene sus gravísimas consecuencias. A esta altura del desarrollo de nuestra sociedad donde –como lo dijo el propio intendente Bruera- había un plan de gobierno, con futuro inmejorable para la región Capital, se ve a las claras que otra vez se ha estafado al pueblo.

Pero tranquila Ciudad, de ésta se va a salir adelante. Queda en manos de la sociedad toda, el futuro de todos. Luchar por la verdad y que le pesen las culpas a quien le correspondan. No se trata de una cacería de brujas, pero sin dudas hay responsables en mayor o menor medida. Es bueno saber que de las crisis surgen los cambios.

¿Una tragedia anunciada?

Tras conocerse las consecuencias devastadoras del temporal, desde distintos sectores salieron a la luz que incluso años antes, mediante diversos estudios técnicos se había advertido a las autoridades de la situación hidráulica en La Plata, generada principalmente por la cuenca del arroyo El Gato.

Por ejemplo, ingenieros de la UNLP ya se lo habían notificado al Municipio. Según información que trascendió por los medios, Bruera habría sido advertido hace 5 años

A través de un minucioso informe de la Facultad de Ingeniería de la UNLP, donde se alertaba de la intensificación de las lluvias y la necesidad de obras nuevas de infraestructura para evitar futuros anegamientos.

El informe data de diciembre de 2007 y fue titulado “Estudios hidrológicos – hidráulicos – ambientales en la Cuenca del Arroyo del Gato”, ocupando más de 400 páginas y fue dirigido por el ingeniero Pablo Romanazzi, director del laboratorio de hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UNLP. Las recomendaciones de los investigadores fueron obras de infraestructura para evitar anegamientos futuros.

El detalle de las obras que se solicitaban incluían hasta las calles específicas sobre las cuales se deberían hacer las inversiones en medidas estructurales: “Ampliar la capacidad de conducción del curso del (arroyo) del Gato, ensanchando la sección y revistiendo el cause principal desde la calle 133 hasta las vías del ex FFCC Roca y la limpieza y perfilado del canal del Gato desde ese último punto hasta su desembocadura en el río Santiago”. “Necesidad de construcción de una cuarta celda de Conducto de Calle 11 y de la construcción de un Conducto Aliviador por Calle 17, para que el sistema, en la zona de la subcuenta de calle 11, funciones aceptablemente para tormentas de hasta 2 años de recurrencia”.

Por otro lado, la propia Provincia hace unos tres años también hablaba del problema con el arroyo El Gato. Según se informó, el informe denominado “Estudio de la cuenca del arroyo del Gato” fue realizado en 2010 por la Dirección de Saneamientos y Obras Hidráulicas del Ministerio de Infraestructura bonaerense.

En el mismo, se detallaba la necesidad de realizar derivadores y readecuaciones de las redes de desagües en el casco urbano de La Plata. Su costo, en 2010, fue estimado en 770 millones de pesos, pero al final las obras no se hicieron.

En el informe se detallaba la “degradación de los cursos naturales” de la Ciudad. Y en ese marco subrayaba que en los terrenos inundables de la zona aledaña a los cursos de agua, se produjo un fenómeno generalizado en los núcleos urbanos, esto es, la ocupación por pobladores de muy bajos recursos”.

“De todos los sitios donde se detectaron esas situaciones, el más comprometido es el del arroyo del Gato desde la calle 13 y en el canal de la calle 11, por ser ésa la descarga natural de toda la cuenca y por la densidad de ese núcleo que impide toda la tarea de mejoramiento de ese cauce”, agregaba.

La sociedad reclama

Las asambleas vecinales para reclamar medidas frente a la situación que dejó planteada la inundación del 2 de abril, se instalaron en los barrios, y continuarán hasta tanto no se de solución a la problemática de fondo: las obras hidráulicas para evitar inundaciones.

Así, los vecinos volvieron a juntarse en los barrios, en los clubes, en las esquinas. En una de esas asambleas se decidió juntarse en las inmediaciones de Plaza Moreno, frente al Palacio Municipal, para protestar y reclamar, entre otras cosas, por la destitución del Intendente Bruera, o por el auxilio económico para quienes padecieron distintas consecuencias en sus viviendas o comercios.

Los vecinos también reclamaron por la determinación de responsabilidades de los funcionarios municipales, provinciales y nacionales que no atendieron las alertas que habían brindado los profesionales para evitar las inundaciones, la resolución y ejecución de las correspondientes obras hidráulicas y la elaboración de un plan urbano ambiental. Además, un grupo de vecinos también pidió por el sinceramiento del número de victimas fatales. Sin dudas ésta no será la única protesta que vendrá de ahora en más. Los vecinos, perjudicados o no, seguirán reclamando lo que corresponde.

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