“El balance con respecto a nuestro sector, la construcción, es de una década ganada. Decimos que estamos escribiendo la página de platino en la historia de la comercialización del ladrillo hueco en Argentina. Y no se trata sólo de lo que le sucede a Cerámica Fanelli, sino de todo el sector que se dedique a la venta del ladrillo.
Así, por diversos motivos, la construcción ha estado durante esta década mucho más demandada que la oferta. Oferta que se ha incrementado, porque por primera vez en la historia, el sector pudo acceder a créditos blandos. Créditos que nos han permitido acceder a comprar nuevas maquinarias y ampliar nuestras instalaciones, cuestión que antes era imposible.
Respecto a la construcción, ésta ha sido impulsada por diversas cuestiones, y algunos factores que a otros perjudican, a algunos lo benefician. Uno de ellos es el cepo al dólar, que tanto se ha hablado y ha perjudicado a otros sectores. El cepo al dólar potenció la venta del ladrillo hueco en forma proporcional.
Uno de los grandes compradores nuestros fue la obra privada, motivados por lo que pasamos con el corralito y la desconfianza de la sociedad para con las entidades bancarias. La gente decidió que sus ahorros debía invertirlos en la construcción. Y así fue. El metro cuadrado es una inversión segura siempre, y es muy rentable. Por otro lado, en los medios, se sigue diciendo que la construcción está paralizada. Eso es totalmente erróneo. Lo que sí está parado es el mercado inmobiliario.
Independientemente de cómo nos haya ido en el sector, en lo demás es donde aparecen las discrepancias. En lo personal, creo que la sociedad se siente maltratada por las bajadas de línea, las mentiras con las cifras de la inflación o la crisis energética, o personajes como Guillermo Moreno y la pelea con Clarín. Lo del Impuesto a las Ganancias también fue otra cosa negativa. Hay manejos que no son reales, y no podemos vivir con una economía que no esté sincerada.
A pesar de todas estas cosas nosotros seguimos siendo optimistas en cuanto al sector. Creemos que la inercia que venimos arrastrando y la alta demanda pueden llegar a equilibrarse. Lo que tenemos temor es que no sepan manejar este sinceramiento, que no sepan manejar el cómo salir de este circulo que ellos mismos generaron.
Es fundamental que haya un sinceramiento y lo que haya que corregir se haga. El tema es si saben y si tienen los elementos para hacerlo. El gobierno perfecto no existe. Por eso hablamos de las cosas positivas y negativas. Mi deseo es que tengan la capacidad para poder ordenar la situación”.