“Desde el punto de vista de la construcción, la última década tuvo un impulso muy grande entre los años 2003 y 2008 en donde el sector a fuerza de trabajo y gracias a que la gente luego de la crisis del 2001 quería poner sus ahorros en un lugar seguro. Es por eso que apostó e invirtió en ladrillos. Este envión de casi seis años se vio afectado de alguna manera por el coletazo que dejó la quiebra de Lehman Brothers que duró aproximadamente medio año.
Luego de ese parate se volvió un poco a la normalidad, hasta que uno de los eslabones de la cadena que conforma la construcción se desenganchó. Este eslabón corresponde a la venta del producto terminado.
Desde que se comenzó la especulación pasó aproximadamente un año y medio, y si tenemos en cuenta que un proyecto inmobiliario lleva una etapa de 24 a 36 meses, todavía estamos con ese envión que teníamos antes de que ocurra el cepo cambiario y que comencemos a ver y hablar de un doral a precios sin sentido. Es por eso que la preocupación de nuestro sector está centrada de aquí a unos meses, cuando se cumplan esos plazos de los que hablábamos que lleva un proyecto inmobiliario y que es ahí donde, sin ser caóticos, vislumbramos un futuro a corto y mediano plazo bastante negro, siempre y cuando la situación actual del país no cambie”.