El mensaje presidencial, antes de que abrieran los mercados, de nada valió para aquietar las aguas turbulentas del tipo de cambio. Mauricio Macri tuvo que salir a poner la cara, porque según se dice en los corrillos de la city, al equipo económico no le cree nadie.
En un escueto mensaje televisivo, el titular del ejecutivo trató de llevar calma a la plaza cambiaria, anunciando que había llegado a un acuerdo con el FMI, para que este le adelantara los fondos (cerca de 30 mil millones de dólares), y hacer frente a un 2019 con muchos compromisos de pago.
Pero resulta que nadie creyó en las promesas del presidente, algunos especulan que los operadores económicos leyeron en el discurso un reconocimiento implícito del negro futuro que se avecina y de los errores cometidos por el propio equipo económico, que ya no tiene más crédito. Otros más osados hablan de un golpe de mercado al gobierno por causas que aún no están claras. Los pesimistas afirman que el presidente con su exposición gastó su bala de plata. Y que de aquí en adelante, se transformará en el pato rengo, rumbo a las elecciones del año próximo.
El gobierno se ha metido en un círculo vicioso, del cual le resulta muy difícil salir, sin control del tipo de cambio, sin control de la inflación y con una tasa de interés altísima, el destino es más recesión y otra vez se avecina el peligro de la hiperinflación.
Los economistas de todos los colores, salieron a reprobar la gestión del equipo que está al frente de Hacienda y del Central, según Prat Gay hace falta un ministro de economía, Juan Carlos De Pablo aseguró que están asustados, a su vez Melconian cree que falta confianza y falta plata, por otra parte Lavagna acusa de esconder los problemas bajo la alfombra, y ni hablar de economistas opositores.
La sociedad y los mercados quedaron a la expectativa de lo que pueda ocurrir en el corto plazo, el gobierno deberá retomar la iniciativa, aunque ya casi no le queda margen para cometer nuevos errores.