Un cierto periodismo interesado toma como ejemplo a nuestros hermanos uruguayos como lo que se tendría que haber hecho en la Argentina para enfrentar a la pandemia sin el agobiante y extenso confinamiento al que hemos sido sometidos los habitantes de nuestro querido país.
No se trata de quitarle merito a los charrúas. Lo que pasa que veladamente se ensañan con una crítica trapera, para horadar el prestigio internacional alcanzado por el gobierno nacional por el tratamiento dada a la crisis sanitaria provocada por la pandemia.
El postulado es engañoso e intencionado. Acá mismo en la Argentina, hay ciudades que no tienen infectados y provincias enteras como La Pampa que no tuvieron que lamentar víctimas fatales, sin embargo los comunicadores no le prestan atención, ni los ponen como ejemplo de nada, ni van a hacerles notas. Eso no vende, y no por tener esos envidiables números, los pampeanos se andan comparando con Río de Janeiro o Miami.
Pongamos las cosas en su lugar, Uruguay, como se dice popularmente es una provincia argentina, la historia se encargó de separarnos, allí viven cerca de 3,5 millones de habitantes, sin contar los más de 300 mil que cruzaron el charco para vivir aquí.
Su capital Montevideo, tiene 1,3 millones de habitantes y es la ciudad más poblada del hermano país.
La geografía oriental, es una gran pampa, de la que emergen las bajas y bellas Cuchillas que cortan su aplanado paisaje, y donde la mayoría del pueblo hace tareas agrícolas, y también producen una de las mejores carnes del mundo. El país de Artigas tiene un lugar muy argentino, Punta del Este, allí los pudientes vernáculos tienen sus mansiones, los que no pudieron comprar porque llegaron tarde, depositan sus dólares, a veces fugados, en los bancos uruguayos, que convirtieron al paisito en la Suiza de América.
La realidad de los números
Como siempre cada vez que se tiran núm
eros solos sin ponderarlos ni compararlos con otras variables, no sirven para nada.
Cuando se dice, miren a Uruguay sin cuarentena sólo tiene 32 muertos por coronavirus, ese es el ejemplo que hay que seguir. ¿Está bien? Sí, pero relativamente. Santa Fe que tiene casi la misma cantidad de habitantes que Uruguay, tiene apenas 9 muertos, pero nadie dice, hay que hacer en el país como hizo Santa Fe. Ahí nos damos cuenta que estamos hablando de realidades distintas.
Siempre hay que hacer caso a la cantidad de personas fallecidas, e inmediatamente decir de qué población estamos hablando para saber si son muchos o pocos.
El número de infectados por si sólo dice muy poco, porque depende de los casos testeados, cifra que es difícil de medir. Si no hacemos ningún testeo no vamos a tener infectados, si en cambio hacemos muchos, empezaran a aparecer. En cambio los muertos no mienten.
Sigamos con las comparaciones, que siempre son odiosas pero inevitables. Montevideo, siendo una gran urbe, tiene 19 muertos, mientras que Mar del Plata con la mitad de habitantes tiene 10 fallecidos, también la mitad.
Si prescindimos en la provincia de Buenos Aires del conurbano, tenemos una provincia de características geográficas y poblacional similar al país vecino, cerca de 4 millones de habitantes con 36 muertos, contra los 32 fallecidos que tiene el país que nos regaló a Julio Sosa y a China Zorrilla, entre otros. En este caso caeríamos en la cuenta que la provincia tiene un gobernador en que caben dos personas como el extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, uno admirable que en un territorio amplísimo, donde se erigen grandes ciudades como la nombrada Mar del Plata o Bahía Blanca, ha manejado la pandemia de un modo extraordinario, y que podría ser ejemplo en el mundo como Lacalle Pou el presidente uruguayo, y otro que no puede con un puñado de de distritos ubicados en el AMBA.
Finalmente hay que recalcar que los uruguayos hicieron una concienzuda cuarentena, es cierto no coercitiva como la nuestra, sino voluntaria, apelando a la conciencia del ciudadano común, que seguramente es más maduro que los que habitan por estos lares. Ellos lo pudieron hacer, y esto es un gran mérito, porque sus habitantes son más tranquilos, menos apurados, y con un gran respeto solidario. Es difícil encontrar noticias allá, como que encontraron al Pepe Mujica en su chacra jugando a la taba con un montón de amigos, como las que encontramos acá, cuando descubrieron al ex ministro Frigerio jugando un torneo de padel en un country del Tigre.