El destacado primer panel de la jornada contó con la presencia de Gustavo Navarro, titular de COOPERBA y Daniel Fileni, presidente del Banco Alimentario de La Plata. El encuentro giró en torno a la importancia de las economías regionales y la reactivación del consumo a través de las cooperativas. Navarro fue el encargado de abrir la charla hablando sobre su experiencia en esta temática.
La economía social y el cooperativismo llevan años rindiendo sus frutos pero a la vez “no suele visibilizarse mucho”, dijo el presidente de la empresa cooperativa creada en 1958. Las cooperativas y otros representantes del tercer sector juegan un papel importante y es por ello que Navarro aseguró que “nosotros somos posiblemente las organizaciones mejor preparadas para afrontar objetivos como reducción de desigualdades, lucha contra el hambre y la creación de trabajo digno”.
La institución a través de su caja de ahorro popular hoy cuenta con más de 150 mil empleados públicos afiliados y ha lanzado líneas de consumo y vivienda, capacitando a sus socios en inteligencia financiera “buscando que ellos mejoren su calidad de ahorro. El consumo desmedido no sirve”, sostuvo Navarro quien además puntualizó sobre la importancia del sistema virtuoso “si se lo utiliza con equidad y transparencia”.
COOPERBA es una institución que realiza donaciones a escuelas rurales bonaerenses, además de realizar proyectos en escuelas del noroeste argentino, como es la creación de redes de agua potable y la construcción de nuevos edificios educativos.
Por su parte, Daniel Fileni hizo un repaso por la historia y el presente del Banco Alimentario de La Plata, una institución de bien público creada a partir de la crisis económica del año 2000 en Argentina. Dentro de los datos que dio a conocer, este año van a superar las 50 toneladas de entregas de alimentos y productos de necesidad básica en la región.
“Si bien tenemos más de 500 voluntarios distribuidos en equipos de trabajo, necesitamos más manos que nos ayuden”, aseguró Fileni quien además destacó el compromiso de los jóvenes que llegan desde entidades deportivas, religiosas y universitarias a colaborar con ellos.
En la actualidad, el Banco Alimentario de trabajo cuenta con una cadena de logística, almacenamiento y distribución a las que se suma también la producción de mermeladas y conservas caseras, con las que alimentan a más de 50 mil familias al año. “Imaginen un Estadio Único lleno de gente: a esa cantidad de personas asistimos. Por eso necesitamos más voluntarios, que se incorporen y vean esta otra realidad”, fueron las palabras de cierre del panel.
El público siguió atentamente las alternativas del panel, donde quedó demostrado la importancia de la economía solidaria y las grandes soluciones que aporta para una mejor calidad de vida de los ciudadanos, y a veces largamente desaprovechada.